Propuesta: Inmobiliaria Municipal

Villa General Belgrano, el “sueño de la casa propia” cada vez más lejos: un/a empleado/a de comercio formal cobra hoy por 8hs de trabajo 180 mil pesos en promedio.  Si añadimos un ingreso promedio más, suponiendo que hay dos jefes de familia en un hogar, entonces con $360 mil por mes y destinando un tercio de sus ingresos para construir su casa les tomaría entre 30 y 40 años lograrlo, contemplando que otro tercio de los ingresos está destinado a un alquiler.

El objetivo de la casa propia en este contexto es imposible para la mayoría de la población de nuestro pueblo que incluso tiene salarios por debajo de los publicados. En paralelo surge otra problemática: “el sueño del alquiler”, rubro de una oferta bajísima en nuestra localidad.

Para mitigar este déficit proponemos la Inmobiliaria Municipal. La Inmobiliaria Municipal no viene a  competir  con los privados, pero sí a ofrecer una nueva alternativa de oferta ante un serio problema para la comunidad de Villa General Belgrano en la actualidad.

La construcción de viviendas para la “casa propia” por parte del Municipio (con fondos propios o con programas nacionales) es una realidad palpable en nuestros días, apoyamos esa medida y nos comprometemos a continuar la gestión. Pero, al mismo tiempo, necesitamos brindar una solución de manera rápida a la gran cantidad de vecinos/as que no encuentra alquiler.

El compromiso social como garantía.

Como dijimos, que el Municipio construya viviendas es posible. Con un presupuesto de 3mil millones de pesos se trata de voluntad política para llevarlo a cabo; y también se necesita voluntad para dar el paso de la Inmobiliaria Municipal y poner las viviendas en alquiler.

La propuesta está destinada a dos grupos específicos: personas y familias de ingresos medios (con salarios en formales y garantías) y personas y familias con ingresos bajos trabajando en la informalidad. Estos dos sectores no consiguen alquileres en la actualidad en VGB. Los primeros por lo escaso de la oferta, mientras que a los segundos las condiciones de mercado los excluye.

Una vez construidas las viviendas, se establecerá un contrato de alquiler entre los inquilinos y el Estado Municipal como locador respetando las reglas del mercado para el primer grupo (ingresos medios con salario formal y garantías) y una evaluación mediante un equipo interdisciplinario que valorará urgencia-emergencia y necesidades particulares del segundo grupo, es decir, de quienes quedan excluidos habitualmente del mercado.

Durante los tres años que establece hoy la ley de alquileres, quienes contraten con la Inmobiliaria Municipal tendrán garantizada su vivienda. Finalizado ese periodo, se dará una rotación de inquilinos. Esta rotación requiere de un compromiso social que debe ser asumido por quienes alquilan. El compromiso va mucho más allá de devolver en condiciones el inmueble o abonar el alquiler antes del diez de cada mes como establecen los contratos convencionales, sino que se basa sobre todo en el hecho de comprender que es esa rotación la que permitirá que el servicio de Inmobiliaria Municipal alcance a la mayor cantidad posible de personas que no acceden a un alquiler, buscando que el sistema sea lo más justo posible.

El valor solidario.

En cuanto al valor de alquiler, para aquellos que estén incluidos en el primer grupo (quienes cumplen con los requisitos del mercado) el valor del alquiler será, en consecuencia, el valor de mercado. Pero, para el segundo grupo (quienes quedan excluidos del mercado) el valor del alquiler se calculará teniendo en cuenta el 30% del valor neto del ingreso mensual promedio del  hogar, estableciendo así un valor solidario.

En ambos casos, el municipio retendrá un porcentaje del pago todos los meses en una cuenta especial para devolverla a la familia una vez finalizado el contrato con el objetivo de crear un seguro o depósito que le permita a esa familia afrontar inmediatamente, con este ahorro forzoso, los gastos de otro alquiler (gastos de contrato, mes de depósito; etc.).

El déficit habitacional que tenemos es un problema mucho más complejo que no tener casa propia, con esta propuesta estamos aportando a mitigar una de las múltiples aristas del problema en pos de tener una sociedad más justa. ¡Primero la Villa, Primero Nuestra Gente!

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